Tras una reforma, una obra nueva o un simple retoque en casa, el polvo, la pintura y los restos de materiales suelen quedarse impregnados en todas las superficies. La limpieza fin de obra en Murcia es un servicio imprescindible para devolver la habitabilidad y la higiene a cualquier inmueble. En esta guía encontrarás todo lo que necesitas: qué incluye, precios orientativos, proceso paso a paso y un checklist descargable para no olvidar nada.
A diferencia de una limpieza doméstica o incluso una limpieza a fondo, la limpieza de fin de obra se enfrenta a restos técnicos: polvo de cemento, gotas de pintura, silicona, yeso incrustado o el temido velo de cemento en suelos porcelánicos. Por eso se necesitan productos específicos, maquinaria industrial y profesionales con experiencia para evitar daños irreversibles.
Una limpieza convencional se centra en quitar suciedad cotidiana. En cambio, la de fin de obra exige desincrustar, aspirar polvo invisible y eliminar residuos químicos. No basta con fregar: hay que realizar un tratamiento por capas, desde techos hasta suelos, y usar desincrustantes que no estropeen los materiales.
Muchas personas intentan hacerlo por su cuenta, pero los riesgos son altos: rayar un suelo porcelánico, dañar carpinterías lacadas con productos abrasivos o dejar manchas permanentes en cristales. Contratar especialistas en limpieza post obra en Murcia garantiza seguridad, ahorro de tiempo y un acabado impecable.
Aunque el alcance puede variar según el inmueble, hay una serie de tareas habituales que forman parte de este servicio especializado.
El primer paso es aspirar y retirar polvo de cemento, serrín o yeso. Este tipo de polvo es muy fino y puede afectar incluso a la salud respiratoria, por lo que se usan aspiradores industriales con filtros HEPA.
Los restos de pintura en suelos y rodapiés, las manchas de silicona en cristales o el cemento en juntas requieren productos desincrustantes específicos. Se aplican con espátulas de plástico para evitar rayar.
Los cristales suelen acumular polvo y salpicaduras. Se limpian con raquetas profesionales y productos que no dejen marcas. En carpinterías de aluminio o PVC se usan detergentes neutros para proteger los acabados.
Estas estancias concentran más residuos: adhesivos de azulejos, juntas con cemento y silicona sobrante. La limpieza incluye desinfección profunda, abrillantado de griferías y eliminación de restos en vitrocerámicas o campanas.
Entre los equipos habituales destacan aspiradores de agua y polvo, vaporetas, desincrustantes ácidos controlados, mopas industriales y útiles de microfibra. Todo ello con medidas de protección (EPIs) para los trabajadores.
Seguir un orden es clave para no ensuciar lo ya limpiado. El proceso recomendado es de arriba hacia abajo.
Antes de empezar se retiran plásticos, cartones y escombros menores. Se ventila bien el espacio y se colocan los EPIs: guantes, mascarilla y gafas.
Se eliminan restos de polvo, manchas de pintura y huellas. En paredes pintadas se usan paños ligeramente húmedos para no levantar la pintura.
Se limpian con productos neutros para no dañar la madera o los lacados. Los marcos metálicos se revisan para eliminar restos de cemento en las juntas.
Se utilizan raquetas y limpiadores específicos. Las persianas se aspiran y lavan con agua a presión si es necesario.
En suelos porcelánicos se aplica un desincrustante para quitar el velo de cemento. En tarimas se limpian restos de pintura con disolventes suaves y lana de acero muy fina. En mármol se usan productos con pH neutro para no dañar el brillo.
Se recorre cada estancia verificando que no quedan manchas, polvo en rincones o restos en cristales. Es la fase de control de calidad antes de entregar la vivienda.
Uno de los aspectos que más interesa al cliente son los precios. Aunque dependen de metros cuadrados, suciedad y accesos, existen rangos de referencia.
El coste de una limpieza fin de obra suele oscilar entre 2 y 7 €/m². Un piso de 80 m² podría rondar entre 250 y 500 €.
En algunos casos se cobra por horas de trabajo, con tarifas de 15 a 20 €/h por operario profesional equipado.
Un apartamento de 100 m² con suciedad media puede costar alrededor de 400–500 €. Si incluye cristales en altura o accesos complicados, el presupuesto se eleva.
Para ilustrar mejor, estos son ejemplos de servicios comunes.
Eliminación de restos de pintura, limpieza de cristales exteriores y pulido de suelos. Tiempo: 2 días, equipo de 3 personas.
Se realizó limpieza de cristales en altura, retirada de polvo técnico y abrillantado de suelos porcelánicos. Tiempo: 3 días.
Eliminación de restos de silicona, limpieza de carpinterías lacadas y desinfección de baños. Tiempo: 2 días.
Estas son algunas de las preguntas más habituales de los clientes sobre este servicio.
Depende de la superficie y el estado, pero lo normal es entre 1 y 3 días de trabajo intensivo con un equipo profesional.
No. La empresa de limpieza se encarga de polvo, residuos pequeños y manchas, pero la retirada de escombros grandes corresponde a la constructora o un gestor autorizado.
Se utilizan desincrustantes ácidos controlados aplicados con fregadora o mopa. Nunca se deben usar productos abrasivos que rayen el porcelánico.
Sí, en la mayoría de los casos. Una vez terminada la limpieza, las superficies quedan listas y el ambiente libre de polvo.
Sí. Este servicio está disponible tanto para particulares que reforman su casa como para promotoras y constructoras que entregan viviendas nuevas.
La elección de la empresa es clave para obtener un resultado satisfactorio. Estos son los aspectos a valorar:
Una empresa seria debe contar con seguro de responsabilidad civil y cumplir la normativa de prevención de riesgos laborales.
No es lo mismo limpiar mármol que microcemento. Pregunta siempre si tienen experiencia en tu tipo de superficie.
La mejor forma de evitar sorpresas es pedir una visita técnica y un presupuesto cerrado. Así sabrás el coste final con detalle.
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